lunes, 28 de junio de 2010

día 27

dondet, si pahn don, sur de laos.
otra vez se me rompieron las ojotas.
obvio que las arreglé, esta vez con la técnica del hilo dental que aprendí de taylor.
todo un tema las ojotas.
salí de baires con un par de havaianas que me regaló liesje, marrones, que me acompañaron durante mi travesía en sudamérica.
cuando estaba por madurai, en el sur de india, en diciembre, se me rompieron. de urgencia me compré unas malísimas que me lastimaron por todos lados, pero no tiré las otras. en pondicherry las mandé a arreglar, todo se arregla en india!
les pusieron una tira de cuero cosida al palito del medio y engancharon la tira en la suela con una tacha. perfecto, lástima que duró poco: la tacha se soltó. en calcuta les hice poner otra tacha y ahí quedaron joya.
entretanto, mis zapatos de trekking viajaban cómodos dentro de la mochila, hasta que llegué a darjeeling en enero y el frío los sacó del letargo.
con las havaianas en carrera ya podía prescindir de las truchas, y en kajuraho las cosí a la base de mis jooti, los zapatitos indios tan coloridos que me había comprado en jaipur, apenas llegada a la india. los jooti tenían la suela muy fina y ya se le estaban haciendo un par de agujeros.
casualidad, al día siguiente me robaron los zapatos de trekking en el tren, así que me puse los jooti. todavía hacía un poco de frío.
de vuelta en jaisalmer en febrero, otra vez volví a usar solo ojotas. hasta que me las atacó un perro y le comió una de las tiras. obviedad, las mandé a arreglar con mohandas, un nene que arregla zapatos por la calle. al día siguiente me las devolvió con una tira de cuero cosida sobre el plástico mordisqueado.
me las puse y me quedaban incomodas. estaban unidas de modo invertido. busqué a mohandas y le pedí que me las arregle otra vez. a los dos días me fui de jaisalmer y nunca más lo encontré, ergo, me quedé sin ojotas.
para marzo, en pushkar conocí a tres argentinos supercopados de luján y capilla del señor: lucas, leandro y xxx. pegamos onda enseguida, compartimos unos días ahí y luego me fui con ellos a jaipur. conmovido por la historia, lucas, que tenía dos pares de havaianas, me regaló uno. ojotas nuevas.
los jooti se me volvieron a romper, así que cuando andaba haciendo dedo por el norte con taylor y puneet, volví a coser las ojotas viejas a la suela, a sugerencia de taylor, con hilo dental, que se la rebanca.
en abril andando por malasia, conocí una chica en un hostel que estaba deshaciendose de un monton de cosas, y ligué unos pantalones blancos y un par de ojotas. me venían bien para reemplazar la suela de los jootie, que aunque bien cosidas estaban finitas otra vez.
mayo en tailandia, todo el día en ojotas, aunque en todos lados hay que dejarlas afuera. en la infeliz had yuan, en ko phagnan, en la puerta de un restaurante desaparecieron las havaianas que me había regalado lucas. todo mal. suerte que aún no había sacrificado las que había ligado en taman negara, aunque eran de lo peor.
en el bus de ko paghnan a bangkok, en el revuelo de mochilas al bajar en khao san rd, queda huérfano un par de ojotas hermosas, marrones. soy la última, el de bus me dice que me las lleve, le hago caso. son las que tengo ahora, que se acaban de romper en laos. obviamente, las voy a arreglar.
ayer jugaba argentina a la 1.30, y quedamos con oscar, el argentino, en ver el partido. cenamos tipo 9 en una mesa multitudinaria y multinacional: estaban lynn la australiana, finnola y karol de irlanda, eric de EEUU, un belga, maili de nueva zelanda y oscar y yo. el bar estallaba con el partido alemania- inglaterra.
me siento rara a veces en esas situaciones sociales. como que no me interesan mucho. a veces si, la charla es interesante, pero no siempre y yo me cuelgo en cualuqier cosa no relacionada. cuando terminó el partido la mayor parte de la gente se fue, karol y finnola se quedaron un rato más, son linda gente aunque a veces me cuesta seguirles la charla. oscar y yo teníamos que esperar como 3 horas a que empezara el partido, al final quedamos solos y nos unimos a otra mesa llena de canadienses, aussies e irlandeses. oscar fue a buscar porro. uy, como me pegó. mucho.
me dio un sueño atroz, no podía seguir ninguna charla y el partido que no empezaba. yo estaba perdida en las sensaciones de mi cuerpo, como olas, como cosquillas, escuchando claramente todas las conversaciones circundantes pero sin entender ninguna. quería irme a dormir, no tenía interés de hablar con nadie de nada. aguanté un rato más, debería tener una cara de mona lisa tremenda, al final empezo el partido, oscar y yo nos movimos más cerca de la tele, él me hacía comentarios que yo no tenía la menor intención de responder, igual ni hacía falta. un gol, dos goles, miro con atención pero me importa tan poco el partido que cuando termina el primer tiempo me voy a la cama. tengo miedo de la caminata hasta el hotel, está oscuro y no hay nadie en la calle, y me da miedo pasarme de largo pero llego bien. armo el mosquitero y me desmayo.
me resulta tan loco que el porro me pegue recien ahora, hace más de 3 años que fumé por primera vez. imagino que tiene que ver con que recién ahora estoy relegando el control, el control de mi ser. obvio que una audiencia de desconocidos colabora con soltarse, pero casi siempre fumé con desconocidos. creo que tiene que ver con una apertura particular, un permiso para ser. de todos modos, el efecto no me termina de convencer, a menos que despues me vaya directo a la cama.

esta mañana me desperté temiendo resaca (había tomado cerveza también, aunque no mucha) pero estaba bien. y así de golpe decidí irme de la isla para pakse. todavía no sé si iré a ver las cosas que hay que ver por acá, pero ya tengo que pensar en poner proa en volver. el jueves debería estar de vuelta en vientiane para buscar mi visa china.

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