domingo, 20 de junio de 2010

día 19

día 19
me despierto tempranísimo otra vez, no son ni las 7.30, esta vez sí tengo frutas para el desayuno, como algo y salgo. cruzo el puente, empiezo a caminar, a perderme entre campos sembrados de arroz, inundados de agua, caminando por finas cornisas de barro, deslizándome a veces, debiendo meterme en el agua otras. quién soy yo? quién soy yo para juzgarlo? quién soy yo para decirle que tiene que quererme? quién soy yo para que tenga que quererme? camino,éßa camino entre el verde absurdamente brillante de los arrozales, hay algunas casas salpicadas acá y allá, perdidas en el laberinto de sembrados.
llego a una montaña, después a un río pequeño y claro que debo cruzar caminando con el agua casi a la cintura. y esta gente, con sus vidas de arroz, paleando los campos, abriendo compuertas, inundando, regando, regando.

vuelvo casi al mediodía, m. está recién despertado creo, desayuno, clásica rutina, la tarde otra vez se pasa, escribo los epigrafes para el libro de identity, cuanto calor hace, subimos fotos, hoy organizamos un couchsurfing meeting al que seguro no irá nadie pero nosotros. como a las 5 decimos de ir a caminar, o algo así, pero una cosa y la otra, son las 6 y seguimos acá, esperá que me doy otra ducha, se hicieron casi las 7, tenemos que ir al meeting. vamos, m. se acuerda que le dije que tenía un antojo de pizza porque sugiere compartir una.
obvio que nadie aparece, escuchamos las conversaciones de las mesas vecinas, volvemos a hablar de creatividad, me dice que le gustaría abrir un bar en estocolmo, le cuento que pensé en armar una editorial al regresar, pero como no tengo idea de cuando será eso, dejé todo en suspenso. parece que nos aburrimos pero no, cantamos, charlamos pero también compartimos el silencio.
podemos estar mucho rato en silencio, sólo escuchando la nada, cada uno en su universo que quizás es el mismo.
que hacemos después? m quiere comprar un vino, escuchar música y no hacer nada, es sábado a la noche, casi que no se me ocurre un plan mejor, obvio que para mí a ese plan le falta un poco de carne, pero no tengo otro plan mejor y este suena tentador.
encontramos un vino decente, pido que lo pongan en la heladera y lo pasamos a buscar más tarde, él dice que buena idea, yo digo, obvio, me estás subestimando. él pregunta en que otra cosa me subestimó, a mí no se me ocurre ningún ejemplo, más bien se lo decía en joda, pero ya sabemos que las jodas siempre tienen algo de verdad.
caminamos, al final encontramos una caja de 3 litros que vale la mitad, bue, en realidad vale el doble pero es la mitad de precio por litro, entonces nos vamos a poner en pedo cada día hasta que se termine, quizás.
volvemos al cuarto, nos sentamos en el balcón, el aire está quieto y aunque los relámpagos amenazan en el horizonte sigue haciendo mucho calor. por lo demás es todo perfecto, el vino, la música, los rayos, los grillos, la quietud absoluta de una noche de sábado que para nosotros podría ser lunes o jueves detenido en el no-tiempo de los viajeros.
está tan cambiado de como estaba en luang prabang que es como los días en pai, de charlas interminables. estamos tratando de escribir una canción, cantamos, nos enseñamos.  el vino hace efecto, estamos sentados en el piso del balcón sobre almohadones blancos, yo rescato un toblerone que venía cargando hace como dos semanas, comemos chocolate y vino y música y palabras.
y todo parece fluir hermosamente, y es así, pero hay algo que tengo atravesado y es que no pasa nada, o sea, pasa, pero en otro nivel. entonces me decido a enterrar el puñal hasta el fondo.
what is wrong with me? nada está mal, sí. sí algo está mal porque si no, pero what do you mean, you know what i mean, what is wrong, why don't you like me?
y ahí nomás me despachó una historieta sobre una chica que conoció apenas antes de irse, que la vio nom;as tres veces pero siguieron en contacto, que ambos saben que 10 meses es mucho tiempo así que no hay promesas ni compromisos de nada, pero que él sintió que la estaba traicionando cuando estaba conmigo, y que si no puede poner su corazón 100% en lo que hace, prefiere no hacerlo.

bueh, van cayendo fichas a este baile, algo de mi se resiste a creer en que la historia no es una excusa, pero es lo que hay.
ojalá que las cosas vayan bien cuando vuelvas, es lo único que puedo decir.
pero es otra vez esa amargura profunda, ese dolor encarnado, esa pena que es tan antigua, el puñal siempre en la misma herida, revolviendo y revolviendo.
lloro, inevitablemente este dolor otra vez rebalsa las compuertas y es que puta, loco, siempre lo mismo.
siento que nunca soy suficiente. ni suficientemente linda, ni interesante, ni inteligente como para desbancar a otra, ficticia o real. lloro, él por una vez deja salir su ternura, me acaricia el pelo, me abraza. tenemos una charla un poco de lugares comunes, esa charla que tantas veces he tenido, y es que no sé si es que asusto o aburro o ninguna cosa, no causo ninguna cosa. invisible, insipida, incolora, inodora.  yo digo que ser yo no paga, no compensa. que cada vez que soy yo en mi expresión más genuina, más naif diría, más fluida y menos pensada, más tierna y menos especuladora,lo único que encontré fue rechazo. él dice que quizás no era yo, porque si hubiera sido yo realmente, el rechazo no me hubiera hecho mella. y yo digo cosas que ya he dicho, y él dice cosas que ya he escuchado, y aunque las escuché cientos de veces y ya casi no me consuelan, suenan tan hermosas con su voz de tercipelo negro, que las lágrimas ceden un poco. él me dice que no hay nada malo conmigo, que soy perfecta en el sentido moojistico de perfección, que nada de esto debería alterarme porque en verdad nada puede alterarme, que si sólo pudiera darme cuenta de que no soy este cuerpo y esta cara y esta mente y este montón de sensaciones contrariadas sino algo mucho más vasto e intocable y sagrado.
yo lloro, pero a la vez estoy feliz. de haberlo conocido, de este camino, de este aprendizaje, que es siempre el mismo y que nunca termino de aprender, igual, ojalá nunca llegue el día en que deje de sentir.

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