viernes, 25 de junio de 2010

día 24

no son las ni las 8 y me despierto, no sé que pasa con mi sueño que es tan corto, tan poco. me despierto con sueño, quizás podría dormir más pero no. soñé algo, pero no recuerdo claramente qué. abro el libro de mooji, está junto a mi almohada esperando hasta último momento que lo termine de leer. me gusta este libro, es extraño, hay muchas cosas que yo dije, pensé, sentí, escribí antes de leerlo, y me hacen pensar que no estaba tan mal entonces. a veces hay palabras textuales de cosas que escribí hace un montón, cierta alegría profunda que describí, una sensación de plenitud que va más allá de los estados momentáneos, una necesidad pacífica de romper con todo, de empezar de nuevo, de reconocerse, de parirse a sí mismo. igual propone self-inquiry, yo me ahogo en esas preguntas, prefiero no pensar y que cuando piense, pueda decir "esto es solo pensamiento, no soy yo" y ya. cuando tengo esos momentos de felicidad tan pura, tan vasta, tan inocente, en general no estoy pensando en nada, estoy concentrada en el ser, en el hacer a un punto que no hay concentración siquiera, sólo un fluir, como cuando ando en bicicleta y no estoy pensando ahora tengo que poner el pie acá y hacer fuerza con esta pierna, simplemente pedaleo y la bici se mueve y yo con ella, y vamos rodando felices juntas por la vida.

leo a mooji, m duerme al lado, a veces se despierta un poco o pareciera, yo leo, leo hasta terminar el libro, me río, la vida de mooji se parece bastante a la mía. será que estoy iluminada? bueh, de acuerdo a advaita sí lo estoy, todos lo estamos. me levanto, voy al baño, empiezo a armar la mochila. this is the end, el final de esta historia. creo que me vendrá muy bien una semana de soledad hasta encontrarme con j. tailandia y laos han sido como una vacación, un limbo viajero entre dos experiencias hardcore, la india y el monstruo china-mongolia-rusia que está por empezar.
de verdad que tengo ganas de abrazarlo, esto no se parece en nada a fluir, lo sé, pero no quisiera que piense que lo quiero violar. al final se levanta, nos ponemos en movimiento, vamos a desayunar, hablamos de mooji, del libro, de salir a caminar.
damos una vuelta por las calles de vientiane, es como un pueblo chico, como si santiago del estero fuera la capital del país. él me debe una cena, hablamos de ir a almorzar, la verdad es que yo no tengo hambre, dice de ir a una pizzeria sueca, al final vamos ahí a comprar cosas dulces, galletitas y eso, probamos unas cuantas. cada tanto se cuela en la charla la idea de que es nuestro último día, hay algo de bittersweet, yo igual estoy superfeliz hoy, le cuento sobre la vez que me encontré con la negra che en la paz, y ser feliz con la sola idea de que existe gente así en el mundo, y que afortunada soy de encontrarlos aunque sea por un rato, aunque la despedida duela. él dice que sabe que éste no es nuestro último encuentro, y que está seguro que cuando y donde sea que nos volvamos a encontrar, conectaremos tan instántaneamente como lo hicimos en bangkok y en dos minutos será como si el tiempo no hubiera pasado. le confieso que hubiera querido matarlo unas cuantas veces, él dice que también a mí, jah! me pregunto cuando pero no se lo pregunto a él, pff, no sea cosa que me diga cosas que no quiero escuchar.volvemos al tema de la cena pendiente, me dice que ya no tendremos tiempo para hacerla, que a cambio me propone que cuando vaya a suecia puedo comer su comida. no está mal, aunque no me queda tan de paso ir a recoger el premio, le digo que me dé un voucher, que lo quiero por escrito. en un momento me pregunta si pensaba ir a estocolmo, le digo que sí pero sólo porque él está ahí, mi ruta en europa va decidida por gente y no por lugares.
volvemos al hotel, hacemos el check out, dejamos las mochilas abajo y vamos a la embajada de tailandia a retirar su visa. cantamos por la calle, vamos dando saltitos extraños, inventando un lenguaje que supuestamente es laosiano, conspirando una teoría para tomar un edificio, transpirando. m se queja por el calor, luego dice que está tan contento que tiene que encontrar algo para quejarse. le pregunto que siente ahora, que irá a encontrarse con su familia. no será fácil me imagino, no lo sé, yo mucho no lo conozco y a la vez siento que lo conozco más que nadie, y lo noto tan pero tan cambiado desde bangkok hasta acá. tengo la impresión de que no le será muy fácil seguir siendo este nuevo él cuando todos estarán esperando encontrar al anterior, me dijo que estuvo pensando al respecto, que será extraño, ya verá como se siente.
le cuento lo de la noche, que le dije que lo extrañaría y su respuesta, dijo no recordar nada al respecto, yo le hago notar su "externación", que todo lo menciona de modo "objetivo", como si nada lo afectara. él dice que igual no me lo dirá porque no me va a extrañar, porque él no extraña a nadie. en cierto sentido yo tampoco, amo a mis amigos y a mi familia pero no los preciso acá al lado, obvio que si pudiera compartir con ellos un momento sería fabuloso, pero si verlos en este momento implica renunciar a esta experiencia pues prefiero no verlos, si los extrañara tanto volvería y punto. él está de acuerdo, dice, así es como él entiende la amistad, con desapego. esta palabrita, desapego, tengo mis reservas con ella, me suena a no involucramiento que es algo con lo que no voy, pero digamos que en esta caso compartimos la misma idea. "i love to hang out with you" me dice, estoy seguro que nos vamos a volver a encontrar, quizas este año, o el próximo, pero sucederá. un mes, a veces nos parece que pasó rapidísimo y otras, los días en pai parece que hubieran sido hace un siglo. será raro despertarse y no verlo ahí al lado, no escuchar su voz.
vamos por la visa, nos encontramos con otro sueco en la cola, hablen en sueco nomás que yo estoy en mi universo. a la vuelta pasamos por un mercado, m quiere comprar sticky rice, recuerdo que tenemos todavía un ananá, a esta hora hay torta y café en la guest house, m me invita un licuado y dice "hacemos una fiesta". estamos ahí en la puerta entonces, en una mesita que hay afuera con torta, ananá, sticky rice y licuados, viene martin, el alemán que había compartido el cuarto con nosotros la primera noche que también cruzará a tailandia, irán juntos. comemos, charlamos, media hora nomás o menos quizás, llega la hora de la despedida, nos damos un abrazo fuerte fuerte, me tengo que poner en puntas de pie, me dice en el oído it was great meeting you, thank you for everything, aprendimos mucho mucho juntos, muchísimo, fue como un curso acelerado, después de esto creo que podemos tolerar juntos cualquier cosa, nos reímos, lo quiero, de verdad lo quiero, nos separamos un poco, me mira y me dice en voz baja que me va a extrañar. yo pongo cara de sorpresa, y de verdad me sorprendo, jua, tuvo un momento de debilidad.
se pone la mochila, lo ayudo un poco, me despido de martin con un apretón de manos, m y yo nos damos otro abrazo, this is it, see you soon, buen viaje.
lo veo alejarse por la calle del hotel, enciendo un cigarrillo, me pongo a corregir el libro de identity, estoy triste sí, pero feliz. y ahora, mientras escribo, esto se empañan los ojos.

cuelgo toda la tarde en esa misma mesa, gente va y viene, se sienta y charla, a las 7 creo que ya es hora, los buses salen a las 8.30, me doy una ducha, me cargo la mochila al hombro y voy hasta la terminal del centro a tomar un bus para la terminal del sur, no hay mas buses, otra vez mi tendencia a la inercia me complica la vida aunque tengo clarísimo que si tengo que viajar hoy, será hoy, me tomo un tuk tuk que regateo de 60 a 20000 kip, es lejísimo, considero llamar a vicki para quedarme en su casa si es que pierdo el bus, quiza mejor dormir en la terminal, sino son 40000 de tuk tuk ida y vuelta mas al menos 40mil de alojamiento, llego cagando, quizá menos de 10 minutos antes de que salgan los buses, 150 mil, que caro es todo por dior, consigo que me rebajen a 130000 (mi presupuesto diario es de 80000 por todo concepto), me subo, el bus tiene camas en vez de asientos, me toca la última cama de lado de la ventanilla compartida con dos chicas suizas, la luna casi llena ilumina la noche.

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