jueves, 3 de junio de 2010

día 2

ayer me dije que lo primero que haría al levantarme sería escribir mis tres páginas.
obvio que fiel a mi estilo empecé repondiendo mails, después chequeando otras cosas, después pensando en darme una ducha primero porque hace calor, en el baño me percaté que no me había lavado los dientes aún, después me di cuenta que no había puesto música... ahora estoy sentada en bolas con el cepillo de dientes en la boca y tipeando.
voy a escupir y vengo.

listo, ahora vengo a escupir acá.
en el interín, me bañé, comí frutas, me depilé, abrí las ventanas.
hace 15 días estoy acá. no hice gran cosa. pero siento que algunas cosas de fondo están cambiando, que estoy más serena. todo lo que viví en estos meses tan intensos está comenzando a decantar. precisaba igual parar un poco (y ya casi estoy sufriendo al pensar que en algun momento muy cercano voy a tener que arrancar otra vez). precisaba tanto parar un poco...
abril me agarró cansada, acalorada, atontada.
38 grados, 10 meses de viaje, muchos muchachos dando vueltas y ninguno dándome bola, el shock cultural tras dejar la india (donde innegablemente tenía una clara sensación de pertenencia), el calendario acusándome de un año más, estoy sola, estoy sola, nada me quiere, nadie me mira, nadie me nombra, no existo, no soy. me sentí rechazada. absurda, injustificadamente. cansada, agotada, perdida, sola.
me costó reencontrarme, serenarme, o más bien estoy en eso.
tras mi cumple en ko lipeh, una semana de confusión algo histérica en kuala lumpur, después la mala onda de kophagnan, bangkok y la aparición de M, entonces claro integrante del grupo cada vez más multitudinario de "los que me gustan pero no me dan bola" y con él, tanta gente y tanto ruido y ninguna nuez.
después un poco de paz en sukhothai y lomsak, verse en el espejo de kanjana y su fantasía del novio farang; chiang mai y cómo se ve el mundo desde la vereda gay, girls just want to have fun. llegué a pai con muchos prejuicios y la idea de quedarme acá dos días. pero la paz, la atmósfera distendida, el aire de pueblo chico y mi cansancio me retuvieron unos días más. después llego M, llegaron trabajos para buenos aires y mis desoidas ganas de tirar el ancla por un rato se hicieron escuchar más fuerte, y les hice caso. la presencia de M actua un poco como ancla también, lo reconozco. pero bueno, yo también tengo necesidades, che. y me hacía falta un poco de mimos (más el empujoncito en la autoestima, nunca está de más)

...

tengo piojos. ya sé donde me los pesqué, me los pasó g cuando estábamos en las islas.
lindo regalo de cumpleaños! él me había contado que se los había contagiado no sé donde, en vietnam o por ahí, pero yo pensé que ya no tenía más. error. uf, hace un mes y medio que me pica la cabeza. lo comenté con mi mamá el mes pasado para el cumple de sol, ella sentenció enseguida: son piojos. yo me resistí, pero en chiang mai me picaba tanto que una noche antes de ir a dormir me puse vinagre, el remedio más barato. supuse que al despertar iba a encontrar el tendal de bichos muertos, pero nada, aunque por unos días me dejó de picar y me olvidé.
en pai la picazón volvió con todo y tras varios días de olvidarme de hacerlo, hoy compré un peine de ínfima calidad pero no había otro.
la calidad se mide comparativamente. este peine me parece malo comparado con otros que he tenido o que he visto, o que he usado, o que recuerdo. ahora, si es el único disponible, tengo que asumir que es bueno?
repita 100 veces: es lo que hay, es lo que hay, es lo que hay.
bueh, me estoy pasando el peine y me saqué unos piojos gigantes, unos cuantos. me preocupa que con este peine no salen las liendres, o sea que me espera arduo y constante trabajo hasta erradicarlos. ponerme vinagre otra vez, quizás. pero si estoy con M me da vergüenza. le tendría que contar, no es gran cosa me supongo y para él no implica ningún riesgo, si es pelado.
igual me da cosa decirle. tener piojos me arruina la imagen. y a mí que me gusta lustrarla cada día y que nada la empañe, no la quiero estropear.
...


M. los dos estamos siendo estúpidamente precavidos con todo. ninguno de los dos ha hablado abiertamente de que hace 10 días que estamos juntos y que estamos planeando viajar para el mismo lado. o sea, ambos lo sabemos, y hablamos al respecto, pero ninguno de los dos se anima a preguntar si lo haremos juntos o separados.
hablamos del tema vagamente. por ejemplo, él dice: "cuando tenés pensado ir a luang prabang? porque creo que iré el lunes." eso no quiere decir "vamos juntos" o quizás sí, pero yo preferiría que lo diga abiertamente y no hacer suposiciones (cada vez que veo esa vaca me pongo a llorar).
entre tanto yo estoy flotando como hoja seca en el viento, y tengo para con él (y creo que para casi todos los muchachos que me he cruzado últimamente, shame on me) una flexibilidad absoluta. la verdad es que me chupa un huevo ir el martes o jueves, igual yo tengo que ir para ese lado tarde o temprano.
de todos modos, he notado que soy demasiado complaciente. que tengo el sí fácil lo sabía hace bastante, y que por un poco de cariño soy capaz de muchas cosas no es novedad. él dice: querés venir esta noche? yo voy. él dice: hoy voy a dormir solo, yo digo: dulces sueños. no hay problema. quizá un día debería decirle: hoy quiero dormir sola, como para probarle que yo también puedo cortarle los víveres (y de paso ponerme el vinagre). pero sinceramente, me importa un carajo demostrar nada, al menos en este aspecto: mi vulnerabilidad, mi necesidad y yo vamos juntas de la manito. pff, ya duermo sola casi todos los días, un cambio no está mal. igual, tampoco muero si no duermo con él, si se da bien y sino también. no me quedo llorando detrás de la puerta o abrazando la almohada balbuceando su nombre, eso está claro.
muchas de las cosas que él hace, me hacen pensar que no se mueve un milímetro sin evaluar las consecuencias. que todo lo planifica, lo mide, lo evalua, lo sopesa. que sí es cierto que la pasa bien conmigo, pero teme que yo me haga ilusiones, o que me enganche, o me crea algo que no es (nunca que sea él el que se enganche, se ilusione y se quede con el corazón roto, eso nos pasa solo a las mujeres).
curiosamente, es algo que yo le aclaré bastante pronto, un día en que le pregunté si le molestaba que lo toque o lo mime (sí, OMG). le conté que a mí me nacía ser así, quizá por algo cultural. confesé que me gustaba tocar, abrazar, tener contacto físico. yo no le estaba pidiendo que él fuera así conmigo, más bien le estaba pidiendo permiso para ser así con él, porque cada vez que lo había hecho, había tenido cero respuesta, tanto verbal como gestual, y no lo quería incomodar, ni acosar. le expliqué que eso para mí no implicaba que quería casarme con él ni que sea el padre de mis hijos, y que en el caso que él lo hiciera, yo no asumiría que a partir de entonces él sería el amor de mi vida ni nada por estilo. que era simplemente otro modo de comunicarse. él dijo que si yo quería podía hacerlo, pero se cuidó bien de admitir si realmente le gustaba. más bien dijo que cuando no le gustara, me lo haría saber. gestualmente, no respondió. bueh, apenas un poco cuando esa noche sentados en el banco de un bar, levemente me abrazó.
lo ridículo es que supuestamente estamos buscando ser espontáneos. yo vengo practicando hace rato, pero él lo hace abierta y anunciadamente con bombos y platillos, -dijo algo como "i want to let the unexpected hit me in the face"-, y con este comportamiento tan artificial hacemos exactamente lo contrario.
obvio que yo entiendo que paso a paso, y que quizá nos estamos guardando de decir nada porque tenemos miedo de que haya cambios a futuro. el tema es que inevitablemente los habrá, yo seguiré para el norte y él para el sur, y en dos semanas más se habrá acabado todo. entonces porque no embarcarse ahora, meterse a pleno, si aun cuando el titanic se hundía la banda seguía tocando.
en otras épocas hubiera pensado que es mejor resguardarse, quedarse en puerto seguro sequito a sabiendas del final inminente. pero ahora, tras el dolor que me costó aprender que nada permanece, me subo al barco feliz.

No hay comentarios: