miércoles, 16 de junio de 2010

día 15

me desperté tempranísimo, como a las 6. las dos tomas de antibiótico y el ibuprofeno habían hecho efecto. al menos podía estar en pie. empecé a organizar mi mochila, creo que escribí un poco. le escribí a kika, de hecho había soñado con ella.
es curioso, desde hace unos cuantos días vengo soñando con mis amigas. soñé con celia (y recibí un mail suyo al día siguiente), después con mi hermana (que me escribió en facebook justo después) y hoy soñé con kika.
no lo recuerdo muy claramente. sí recuerdo que no estábamos solas, éramos 4 personas. yo estaba con un muchacho que bien podría haber sido m. y kika venías con una chica. traía bebida y comida, arroz y algo más, todo como recién comprado en un take away. había como mucha preparación y ceremonia para servir la comida, quizás había alguien más que ayudaba con eso. recuerdo una vajilla bonita, unos vasos de cristal con cositas de colores, como de murano. comíamos sentados sobre algo parecido a una cama, había mucho blanco alrededor. kika tenía puestos unos lentes violetas que no son los que usa habitualmente, pero se reía mucho con su risa hermosa y cristalina de siempre.
que feliz me hacen mis amigas. me enseñan tanto! embellecen el mundo con su sola presencia. me siento menos sola sólo por saber que existen.me pregunto si esto de recordar tan claramente los sueños tiene que ver con las morning pages. quizás.

me doy una ducha, comienzo a ordenar mis cosas. quizá me vaya hoy? quizá nos vayamos hoy?
pienso en que tengo que ir a vientiane a tramitar la visa para china. y hoy es miércoles. si vamos a vang vieng hoy, nos deberíamos quedar hasta el lunes. además está vicky, a quien no conozco pero ya me cae bien. qué ganas tengo de un poco de conversación argenta! pero vicky se irá el jueves y volverá el 23, o sea el próximo miércoles.
podría ir el lunes a vientiane, comenzar el trámite y seguir el mismo día para el sur, luego pasarla a buscar y encontrarme con vicky entonces. veremos. por lo pronto voy a salir a la calle, necesito abandonar este cuarto al menos por un rato.
entretanto puedo ir a averiguar por los pasajes, creo que los precios que le pasaron a m. eran demasiado caros.
caminé un rato, son tan hermosas estas callecitas... el río asomando al final de la esquina, los techos rojos, los árboles. infinidad de mariposas, bicicletas, monjes. averigué en un lugar, en otro, en otro más. los precios eran más o menos los mismos, apenas más baratos. y si nos vamos hoy? ja, me da risa pensar en plural.
bueh, será cosa de volver y hablarlo con m. es temprano todavía.
tengo el atrevimiento de preguntar cuanto sale alquilar una bici. me río de mí, que loca estoy. apenas puedo estar en pie! entro a un templo, voy al mercado, entro por una calle angosta que no conocía, al menos no la conocía llena de puestos de verduras y frutas. paradójicamente, tampoco reconocí la avenida por la que iba, desnuda ahora de los puestos del mercado nocturno de artesanías. todo tiene una rutina horaria particular en laos. son apenas las 8 am, y hay puestos que ya están cerrando!
compro jengibre que sí es, me da gusto poder preguntar en lao y entender la respuesta. no es que haya aprendido tan rápido, pero es que se parece mucho al thai. vuelvo al hotel, pido agua caliente, me dan el termo entero, pregunto por los buses, golpeo la puerta de m.
-ayer te golpeé cuando volví, como a las 11. pero como no hubo respuesta, pensé que estarías durmiendo.- sí, estaba.

-fui a averiguar por los buses.- dije, y le recité la lista.-hay uno ahora, a la 1.30 por 105.000 y otro mañana a las 9 am por 90000. todo lo demás, arriba de 120. que opinás, nos vamos hoy?
-qué hora es? -unos minutos antes habían pasado las 12.- si vos te sentís bien para hacerlo, vamos. no necesito quedarme otro día más acá.
y así fue como empacamos y nos fuimos. como se dice "enmochilamos"? no hay una palabra para eso en castellano. en inglés tampoco, para todo dirían "pack". pero no es lo mismo decir empacar que enmochilar, armar la mochila. empacarse es también encapricharse, tararse, detenerse, negarse a moverse. o sea, todo lo contrario a la idea de enmochilar.
cada vez que armo la mochila me doy cuenta que estoy cargando monton de cosas al pedo, pero que guardo con la idea de que en algún momento las voy a necesitar, o simplemente porque ya me acostumbré a su presencia en la mochila, o porque estoy esperando a "la" persona para dársela, como por ejemplo las allstar truchas que compré en bangkok, y que usé sólo dos veces con dolorosos resultados. el día en que me decida a tirar todas esas porquerías, creo que voy a viajar con la mochila vacía. aunque es cierto que cuando hace 35 grados de mínima, toda pilcha parece excesiva. en rusia en octubre, te quiero ver.

al rato nomás nos pasaron a buscar por el hotel. hasta entonces yo me senté en la vereda vecina del bar de enfrente, a robarles un rato de wifi. le escribí a vicky, a ver si nos vemos en el sur, ella estará en pakse y yo debería pasar por ahí si voy a si pahn do. acabo de darme cuenta que si pahn do es literalmente la traducción de 4000 islas, ja. no lo había pensado!

subimos a una minivan bastante pobre, pero con esta sólo vamos hasta la terminal, ahí tomamos otra.
m. se sienta en la primera fila, yo en la segunda. le cuento de la interpretación de mi sueño que hizo tejedora, tan brillante. tejedora dice que yo soy esa casa colorida y llena de artistas y sol, que soy esa casa tomada, caótica y creativa. y que el primer piso del edificio que se quiebra y se desliza, es mi mente. y que la distancia que siento con los habitantes de la casa, debo "combatirla" con ternura. este punto me hace ruido. a veces siento que no hay espacio para canalizarla! m., que está viajando conmigo hace como un mes ya, es la cortina de hierro. no sólo no la traspasa, sino que tampoco la deja traspasar.
j. era fantástico en ese sentido. no tenía mucha historia, era tan franela como yo. y fundamentalmente, no se comía la cabeza con el tema. no temía pensando que si me acariciaba me iba a tener que proponer matrimonio a los 2 días. no especulaba con que si yo lo tocaba, era porque quería tener 5 hijos con él. creo que ese es un patrimonio de los niños. los que han tenido más experiencias poco felices son cada vez menos propensos a dejarse llevar, a enternecerse, a enamorarse. yo me descubierto mucho más táctil de lo que pensaba. voy tocando todo a mi paso: piedra, pasto, fruta, tela, agua, piel.

son 6 horas de viaje. voy moviéndome de una ventanilla a la otra, sumergiéndome en el paisaje. montañas verdes suben y bajan a cada lado. cada tanto brotan algunas casas a los lados de la ruta, muchas de ellas suspendidas sobre el risco encaramadas a finísimos pilares chuecos. hay infinidad de chicos. cada casa es una escena que quisiera fotografiar. pienso que igual, más que la foto, quiero la historia. debería viajar in eternum, saber cada idioma, poder parar en cada casa y charlar con la gente. es que cada rostro es una historia. si nomás saco la foto, yo armo el relato. pero si ellos me lo contaran, la foto simplemente sería para mí un anclaje para ese texto, nada más que una imagen con la cual relacionar tanto significado. pasa una mujer con su crío atado en la espalda, después dos nenas con canastos en la espalda llenos de leña. un tipo corta leña, dos chicas cargan montón de bidones, adivino que irán a buscar agua, chorrean los mocos en la cara de un enano de dos años, llueve un poco.
cada tanto el río asoma desde el abismo, marrón y caudaloso. hay un eco lejano al valle sagrado del cusco.
m. se pone los auriculares. me pregunto donde quedaron nuestras conversaciones interesantes. no recuerdo haber tenido casi ninguna desde que dejamos pai.

en un momento se desconecta del ipod, se sienta medio de costado, quiere charlar. hablamos un poco, de todo un poco. sip, me gusta hablar con él cuando está. como a las 6 hacemos una parada. bajamos, charlamos un poco más. le pregunto, más bien le cuento que me estaba preguntando porque no hablábamos más como antes. que si nuestra química conversacional se había quedado en pai, o ya habíamos agotado todo nuestro repertorio. me dijo -bueno, estamos teniendo una conversación interesante ahora.
pero confesó que viajar lo cansa, lo agota, lo deprime. what? pero no era viajero este chico?
pues no le gusta moverse mucho, le gusta quedarse en un lugar. y bueh, es cierto que después de pai pasamos dos noches en chiang mai, una en chiang khong, una en pakbeng y cinco en luang prabang. y según dijo, recién en los últimos días sintió que su energía regresaba. paradójicamente, justo cuando yo me enfermé. -me robaste la energía, lo acusé. nos reímos, pero quizás haya algo de verdad.
llegamos a vang vieng como a las 7,30. sospechamos que un tuk tuk nos estafa pero no tenemos mucha opción. está difícil encontrar el lugar que buscamos a oscuras, nos ofrecen uno, lo vamos a ver, nos gusta. es una habitación amplísima con tres camas, dos más juntas y una más apartada. él deja unas cosas sobre esta última cama y se sienta en la del medio. bueh, ya sabemos como vamos a dormir.
nos bañamos, salimos a caminar un rato. la charla es casi del nivel de las que solíamos tener.
de vuelta en el cuarto, hablamos del amor. él dice: amor es apego. creemos que debemos tener una pareja para ser felices pero debemos serlo solos. yo digo: no necesito, quiero.
él asiente. está acá, acostado al lado mío, mientras escribo esto.

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