lunes, 28 de junio de 2010

día 26

duermo, una vez que espanto la nube de mosquitos y acomodo el mosquitero, leo un poco y duermo. me despierto no tan temprano como venía acostumbrando, abro los ojos cada tanto pero me convenzo de un ratito más, aunque tengo intención de alquilar una bici y cuanto antes salga mejor. apenas antes de las 9 me levanto, me baño, voy en busca de un bici.
consigo una por 8000, debería también buscar algo para desyunar, no hay frutas en ningún lado excepto en los restaurantes y, obviedad, son caras.
algo surgirápor el camino, mucho hambre ahora no tengo. pedaleo por la costa este, bungalows por todos lados, hamacas, mariposas, chicos. luego el camino abandona la costa, sigue por el centro, es verde pero no hay arroz en estos campos, solo pasto, hay algunos búfalos de agua vagando por ahí. que animal raro es, es una mezcla de vaca y rinoceronte, como una vaca antigua.
cruzo unas nenas preciosas y paro a sacarles fotos, el aro de mi cámara se vuelve a caer (se le salio un tornillo hace varios meses ya, y lo vengo reemplazando con fosforos pero cada tanto se zafa), una de las nenas se lo quiere poner como pulsera. se siente como india, me piden cosas, me meten las manos en los bolsillos, me revisan el bolso. no sé muy bien que hacer, sinceramente no es un comportamiento que quisiera alentar.
llego hasta el final del camino, es el final de la isla, hay un puente que cruza a la isla siguiente por donde alguna vez cruzó un tren. lo cruzo, pero para entrar a la isla siguiente hay que pagar 20000 kip, mucha plata, no creo que sea muy diferente de acá, el tipo me dice son dos dolares y medio, uf, señor, si usted supiera, con eso pago comida y alojamiento. me doy la vuelta, vuelvo por el mismo lado este pero más por la costa, compro unas bananas fritas riquisimas, paro en una sombra para manotear la bolsa y descubro un árbol lleno de mariposas, es mágico, lástima que no saldrá en fotos porque hay luz en contra, pero si lo vieran, hay 6 o7 mariposas revoloteando en cada racimo de flores, todo el árbol es flores y mariposas, naranjas, blancas, amarillas, negras, detenidas, volando y revoloteando, jugando. sigo un poco más, veo una mujer tejiendo una red de pesca, me detengo un rato a sacarle unas fotos, cómo odio no poder comunicarme. sigo a pedal, ya estoy en el centro que no es más que una aglomeración de restaurantes, me encuentro con una australiana que estaba ayer en el mismo restaurante donde pasaban el partido de uruguay, me quedo charlando con ella, tiene un acento raro, no me cautiva su charla pero está bien. me pongo picky con los interlocutores, cosas que pasan. igual me siento con ella un rato, no está tan mal, a veces es cuestión de tiempo. me invita de su comida, no puede liquidar unas lentejas acuosas que pidió, yo no le hago asco a nada y dejo el plato limpito. ya el calor aprieta fiero, mejor hacer un poco de nada. vuelvo al bungalow, ella está parando enfrente nomás, le digo que si quiere alquilarse una bici vamos a pedalear a la tarde.
me doy un baño, se me rompen las ojotas, un día voy a escribir sobre las ojotas de este viaje, tengo que ver como las voy a arreglar, encuentro una lonelyplanet de laos en español, la leo un rato, me cuesta concentrarme en eso, abro la pc porque tengo algo para corregir pero no lo encuentro, me pongo a ver una peli que m me había recomendado, un compromiso muy largo, con la hermosa de audrey tatou. ay, la envidio a esta chica, no puede ser tan bella.
de pronto alguien me llama desde afuera, es lynn la australiana, dice que irá a ver si consigue alquilar una bici para que vayamos a pedalear, perfecto, sigo con la peli hasta que regresa en cicla. vamos esta vez por la costa oeste, es todo chiquito, llegamos al puente, otra vez la misma historia, no voy a pagar así que pegamos la vuelta otra vez por el oeste, entramos por un camino central, pasa por un templo, lo están arreglando, saco unas fotos, las chicas suizas que viajaron conmigo hasta pakse me contaron que a veces los monjes no eran tan célibes como parecían, mmm, algunos están buenos... me seduce la idea del manto naranja, la cabeza rapada y, para que negarlo, lo prohibido.
seguimos hasta el centro, veo una cara conocida, karol, el irlandés que conocimos en luang prabang y luego en vang vieng está acá con finnola, su novia. son linda gente, me alegra verlos, justo hoy pensaba que tenía que escribirles un mail a ver si estaban por acá y mientras pensaba eso, pensaba también que no hace falta hacer ningún acuerdo, cuando uno se tiene que encontrar, se encuentra sin esfuerzo.
finnola me pregunta si lo extraño a mathias, no da para contarle toda la historia, que en realidad estamos juntos pero no, le digo que nos despedimos anteayer, ella insinua que no hace tanto y que entonces no debo extrañarlo todavía, le digo que para mí es al revés, que ahora siento más su ausencia pero que pronto me acostumbraré a ella, como antes me acostumbré a su presencia.

No hay comentarios: