domingo, 11 de julio de 2010

día 39

kunming julio 11

tengo la impresion de que estoy acá hace un siglo.
ayer, después de pasar un rato largo en la terminal, fui a buscar internet. crucé a un centro comercial enorme y con la pc abierta en mano y la mochila en la espalda, empecé a caminar buscando wifi. encontraba señal, pero no andaba o tenían clave. finalmente paré en un negocio con pc, donde la vendedora estaba chateando por msn. traté de hacerle enteder a la chica que buscaba internet, al final llamaron a otra de otro local que hablaba un poco de inglés. le dije que precisaba y me llevó a su local, 5 metros más adelante en la sucesión infinita de escaparates idénticos. se llamaba angela, tenía 25 años y la habían rebotado en su intento para ser profesora de inglés. no los culpo, hablaba bastante mal, pero mejor que yo chino sin dudas. me prestó su pc, me habían confirmado un couch, j me escribia desde shanghai, todo excelente.
angela me dio té, me msotró fotos, habló con mi host para que me dé indicaciones y me anoto la dirección en mi libretita para que pudiera mostrársela al chofer. me fui deseando que si alguna vez viaja, alguien haga lo mismo por ella.
cuarenta minutos en bondi, edificios, edificios, edificios. complejo habitacional tras complejo habitacional, prolijos monstruos de colorido cemento, autopistas, avenidas, motos, autos, bocinas, gente. me malacostumbré en laos al silencio, a la ausencia de autos y a las casas de madera.
todo es gigante y anónimo, correcto e impersonal. bajo donde el chofer me indica, llamo a jinpeng, a los dos minutos me viene a buscar, un amor. su casa es preciosa pero tiene la mugre de dos nerds solitarios. no me molesta, no la pienso limpiar (aunque quizas el desagüe del baño, odio nadar en una pileta de pelos ajenos).
debería ir a veriguar por el tren, no me queda claro cuan lejos es la estación, pero si queda cerca de la de buses iré mañana. jinpeng es simpático y entusiasta, se irá de viaje el lunes si es que se decide a comprar el pasaje, no le entiendo todo lo que dice pero me cae bien.
la tarde se pasa entre charla, lavar ropa e internetear, confirmo que no anda facebook, lo cual mucho no me jode, pero blogger y picasa, eso sí que me complica. parece que con un proxy, que no sé ni que es, se puede zafar, tengo que revisarlo.
vamos al supermercado, esta área parece muy cheta, hay un teatro gigante y un centro de convenciones, vamos a walmart. cuantas cosas! abuso de jinpeng como guía, cada dos pasos le pregunto: qué es esto?
las cosas son caras, mucho más de lo que pensaba, me da la impresión de que los precios son los mismos que en argentina, me veo mal con la guita. le pregunto a jinpeng que hace los sábados a la noche: usa la internet. bien. en el camino de regreso pasamos por un parque, que es como un calco del paseito que hay junto a las vías en la primera cuadra de juan b justo en palermo, justo frente a la mezquita. hay muchas señoras bailando danzas típicas, es bonito verlas.
con el pronóstico de noche corta, cocino unos vegetales que salen muy ricos, chateo con mi hermana y con kikita, también con m y con j. definimos el punto de encuentro, confirmo que iré a guilin. siento que hasta que no me encuentre con j no habrá empezado este viaje, por ahora sigo en el limbo.
y con esa misma idea se me pasa el domingo. me levanto temprano, me baño, lavo más ropa, desayuno, escribo, chateo. hablo con nacho, que me insiste en que vuelva. para qué? no tengo intenciones por ahora, le dije. en baires están todos de novio o no están, creo que la única que sigue ahí y sola es herdis, y las chicas slsk. los demás, o piraron o están enamorados, cosa que me alegra grandemente por ellos, pero no me vengan a decir que es lo mismo, que seguimos siendo amigos igual. sí seguimos siendo amigos igual, pero ya no hacemos las mismas cosas juntos. el tiempo es uno solo y si lo pasan con sus parejas, no lo pueden pasar con los amigos, simple. quieranlo o no, es así. conclusión, el panorama en baires en este mismo momento no me invita.
llega el mediodia y también la tarde, como me cuesta arrancar. voy a comprar el psaje, resulta que la estación de tren es acá nomás, voy en bus de puro ignorante pero vuelvo caminando. nuevamente voy con un machete escrito por mi host que dice para donde y cuando quiero el boleto. es como ser muda, voy mostrando el papel hasta que consigo el ticket. mañana lunes a las 18.22, arribo a guilin a la una menos cuarto. asiento duro, así se llama la clase de mi boleto. prometedor.
en el camino de regreso, entro por una calle paralela, un mundo parelelo. primero un callejón que se angosta, luego un mercado, luego un puente peatonal sobre las vías. como en los cuadros de sabrina en la insoportable levedad del ser, ahí nomás, rascando un poco la superficie, emerge otra realidad. una realidad más parecida a la realidad, lejos del brillo de las luces de neón, de vecinos en la vereda jugando a las cartas, de mercados al aire libre, de perros feos y bicis desvencijadas. de cartoneros y gallinas, de edificios no tan prístinos, de paredes descascaradas, de miradas turbias, de rayuelas en el piso, de restaurantes pegajosos y de callejones sombríos.
cuanto me alegré de ver eso! fue como si comprobara que había vida en la luna. hay vida en kunming!

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